20.5.12

Mi historia, parte 2 (2 de 2)

Pasaron trimestres llenos de broncas , amenazas y forcejeos, de amenzas y contestaciones hasta que al principio de curso en tercero de ESO, en una clase de E.F ,concretamente acrossport, mientras José Luis sostenía a su compañero sobre sus brazos, un imbécil se acercó y le dió una patada, cayendo el compañero sobre José. Este se levanto casi de inmediato y dirijiendose al autor de la patada, gritó-!¿Qué estas gilipollas o qué coño te pasa?!, ¿no ves que nos podriamos haber lastimado en serio? Te has pasado cabrón-mientras se dirigía a él y le cortaban el paso dos amigos del "bromista". Esa revelación no la podía tolerar asi que acercandose al oído de José, digo casi susurrando-En el descanso te vamos a matar...-a lo que se contestó-¿por qué no ahora?-siguieron riendose y amenazando,a pesar de estar la profesora de E.F delante(profesora que por otra parte tenía solo 19 años)hasta que tocó el timbre de los 5 min. de descanso.

Todos los alumnos salieron corriendo, como era costumbre, pero José Luis se mantuvo tranquilo, recogío su mochila y espero a que todo el munso saliera, pues no quería hacer pensar a sus acosadores que tenía miedo. Se dirigío al patio acompañado de todos los amigos del amenazante hasta llegar a un árbol en el k dejar apollada la mochila. Cuando se dió la vuelta, sin tiempo para reaccionar recibió un puñetazo en la cara, que nubló su visión y le obligó a lanzarse a pelear.
Puede que aún con la vista bien, y sin ese mareo que le invadía tampoco hubiera tenido oportunidad, pues el matón dejó claro sus conocimientos de boxeo con su forma de esquivar y machacar la que fue mi cara y abdomen. La pelea concluyó cuando el matón se dirigió a José y dijo-Anda largate ya- José Luis se lo pensó unos segundos mientras veía que la mitad del instituto los rodeaban, y se percataba hasta que punto de afatigado y mareado estaba.
 Se llevo la mano a la boca al notar el sabor a sangre, miró con esfuerzo su mano llena de sangre delante de él y tras ella los amigos alos que acababa de ayudar y proteger en clase, quietos , mirando como si de estatuas se tratasen.
Escupió la sangre que le brotaba del labio , agarró su mochila y se largó, pasando junto a sus compañeros, sin siquiera dirijir su mirada a ellos.
Al subir a clase los que no lo presenciaron corrieron a hacer preguntas y algunos de la segunda categoría, se acercaban a dar la enhorabuena a un dolorido Sucilla. Cuando la verguenza se convertió en orgullo gracias a los alagos, apareció el contendiente se planto delante del magullado y apoyado en la pared y ofreció estrechar su mano, en señal de respeto. José Luis- aceptó mientras el otro decía en voz alta a los presentes-A partir de ahora a éste no lo toca nadie-me incorporé añadiendo-Pues se sabe defender solito perfectamente-el matón pueso gesto de satisfacción en su cara y asintiendo aplaudió, y desencadenó una ovación por parte de todos.

A partir de ese día José Luis se prometió a sí mismo que nunca más perdería una pelea, y aprovechando que su tio paterno le quería enseñar defensa personal y ciertos conocimientos de discilplinas marciales, se entrenó. Un entrenamiento que a día de hoy no acaba.
El tío quería enseñarle esto a Jose por una buena razón. Su familia vivía atormentada por unos matones mucho peores que los del instituto, unos vecinos aprovechados. El conflicto entre las dos familias surjió con el pasar de los años y por la postura de mis familiares de no amedrentarse ante amenazas.
Mis padres me dijeron que me preparase,pues sino habían venido a por mí, era porque aún era menor.
Viendo a lo quién me enfrentaba y de qué eran capaces empecé a aprender a pelear mientras convitía mi delgado cuerpo en un tonificado y me dedicaba a ganarme el respeto en mi instituto, protegiendo también a mis amigos.

Estos vecinos tenían con mi familia varias denuncias y ódenes de alejamiento, por cosas como tirar piedras de gran tamaño a mi abuela, pegar por la espalda a mi tía-abuela con un palo, abrirle la cabeza a mi madre con una escalera, robarnos, multilples agrsiones físicas, insultos , roturas de porpiedades...
Así terminé secundaria, a pesar de todo pase los cuatro cursos , sin repetir y con una buena media de nota, y lo más importante aprendía a hacerme respetar dentro y fuera del instituto.

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